“Me encontré con la necesidad de expresar lo que significa la lucha docente para mí, siempre como bandera digo ¡MI MAMÁ ES MAESTRA!, les juro que se me llena el pecho de orgullo, ver que deja la vida en su profesión.
Recuerdo a una Guadalupe de 3 años en la casa del barrio saliendo hasta la puerta en los brazos de la Rosa Fernandez, con la melena de rulos despeinados llorando despacito, casi con culpa, y saludando a su mama que partía en el 147 a trabajar. Después crecí y era ver a mamá con 3 trabajos para que alcance y nunca alcanzaba, pero siempre había una Masita que suplía todo lo que faltaba. De adolescente empecé a entender que mucho no podía pedir, al fin de cuentas mi mamá era maestra, no alcanzaba para más.
Hoy con 22 años entiendo todo desde otro punto. Estamos viviendo tiempos difíciles, la crisis atraviesa el bolsillo y siempre le pega a los que menos tienen, el resto es como inmune a la crisis, siempre salen ganando. Mientras hay sueldo galopantes que no tienen justificación alguna, en paralelo nos encontramos con sueldos de empleados estatales que son igual a hambre, sí hambre.
Ayer me encontraba en la calle reclamando junto a mi mamá por su salario y pensaba en lo injusto que es todo, en lo desigual que es este mundo, este país, esta provincia.
Siempre las injusticias me interpelan, jamás pude hacer vista gorda, nunca pude quedarme callada. Me duele el alma ver a tantos docentes cansados sin ganas de ir a trabajar, pero igual todas las mañanas ponen la mejor cara y enseñan. Saben que muchos niños seguramente no desayunaron, no cenaron y van a la escuela no solo a aprender, sino que el primer motivo de asistir es la comida que puedan dar, entonces a ellos les toca estar ahí para abrazar, arropar y mimar a los más vulnerados.
Vemos maestras que no llegan a fin de mes, que si compran material para trabajar no pueden comprarse una bombacha, que su vida es un constante: si me doy un gusto estoy tres meses para reponerme del gasto. Pero el gobierno les exige todos los días un poco más, y todos los días su sueldos pierden poder adquisitivo.
Hablan de educación de calidad, que es el piso del país, que es la forma de salir adelante, pufffff discursos hermosos. Pero los salarios son de hambre, la realidad es que los niños no pueden pensar porque no comen. Es hora que dejen de ser tan hipócritas, recorten sus sueldos, viven en el privilegio a costa de la clase trabajadora. La clase gobernante de Mendoza da vergüenza, paga los salarios más bajo del país cuando sus sueldos son de millones.
Basta de hacer la vista gorda, TENEMOS QUE LUCHAR POR ELLOS, TODOS TUVIMOS UNA SEÑO QUE EN ALGÚN MOMENTO DE LA VIDA FUE UNA CURA AL ALMA, NOS DIO EL ABRAZO QUE HACIA FALTA. Es momento de abrazarlos, ya no hablamos de sueldos para que tengan un buen nivel de vida, estamos hablando de sueldos dignos, que estén por arriba de la línea de pobreza.
¿Hasta dónde vamos a dejar que caiga su dignidad?
Si, hoy me duele el alma y la injusticia me atraviesa más que nunca.
Gracias mamá por tenerme como a una reina, por nunca dejar que nada me falte, y por enseñarme a que la dignidad no se negocia.”
Publicado en su Facebook el 27/7/22 por Guadalupe Martino Candidata a Concejal que acompaña al Candidato a intendente Edgardo Gonzalez de Unidos por Lavalle



