Respecto del desafortunado y olvidable hecho de violencia que se suscito en las instalaciones del salón ubicado en Barrio Tupac Amaru el pasado fin de semana, tenemos nueva información.
Allegados a integrantes del grupo que en la nota titulada: “PESADILLA: No los dejaron entrar a un cumpleaños e intentaron matar a familiares de la cumpleañera”, señalamos como “los agresores” se comunicaron con Periódico Dignidad para «aclarar» y completar información, que luego chequeamos con otra fuente.
El hecho se desarrollo en un cumpleaños, en el que como se estila en la actualidad se abren listas de invitados y los jóvenes se anotan. La familia de la cumpleañera solicito a los “invitados” al baile que colaboraran con $3.000 para adquirir bebidas que luego se compartirían en el baile.
Durante la fiesta hubo un desperfecto y se cortó la luz, por lo cual varios jóvenes salieron del salón y cuando quisieron ingresar habrían sido rechazados por quienes custodiaban la puerta, familiares de la cumpleañera. Los rechazados exigieron que les devolvieran el dinero que ya habían aportado, y también les habría sido negado, en ese momento la tensión sube y sin poder solucionar la diferencia de opiniones comenzó la violencia que se manifestó por parte de los rechazados con gritos e insultos. Del otro lado la respuesta fue igual, por lo que los rechazados comenzaron a retirarse y en ese momento uno de ellos habría sido golpeado por alguno de los que custodiaban la puerta.
Tras esto, los rechazados se retiraron a sus casas donde contaron lo sucedido a sus familias, que indignados tomaron la decisión de acercarse al salón a pedir explicaciones.
Al reencontrarse los dos grupos no hubo mucho tiempo para mediación, y la violencia volvió a surgir esta vez en mayor medida, el caos se apodero de todo, heridos por todos lados, en medio de la gresca una mujer familiar de uno de los rechazados sufrió heridas cortantes. Uno de los apuñalados que “defendía” la puerta y tiene un pulmón comprometido, estaría evolucionando bien en el Hospital Central.
Denuncias cruzadas, familias enfrentadas, heridos, nada positivo. La justicia deberá investigar y tomar alguna decisión.
No es la primera vez que sucede un hecho de estas características, y una vez más es de suma necesidad que se tiendan puentes de dialogo a partir del reconocimiento de los errores que cada uno haya cometido, para que los perjuicios de ambas familias no aumenten, y “la bronca” se diluya, reestableciendo la paz y el respeto mutuo.
Por Mariano Molina tel.2613832487 Mendoza